La ciudad cuenta con varios espacios de alto valor natural, destacando el parque de Rosalía de Castro, que contaba con cuatrosecuoyas, hasta el año 1984, cuando el hurancán "Hortensia" derribó dos, actualmente quedan otras dos, una de más de 25 metros de altura, entre otras muchas especies de flora y fauna, así como los paseos fluviales de los ríos Miño y Rato que cuentan con una gran variedad de fauna y flora autóctona. Éstos últimos rodean la ciudad por el sur, donde la urbanización apenas ha llegado, por lo que conforman un escenario excepcional para el ocio de los ciudadanos, sobre todo en verano, cuando el buen tiempo acompaña.